top of page

Un recorrido por las «Ciudades Satélite» de Los Escritores
de Salem

por Gabriela Domínguez

La agrupación caraqueña de indie rock, Los Escritores de Salem, conformada por Simón Orta (voz/guitarra), Nicolás Baloira (guitarra) y Humberto Rumbos (bajo), estrenó el pasado 4 de abril su primer disco «Ciudades Satélite», un recuento de las experiencias, fracasos y triunfos de sus integrantes

DSCF0351.jpg

Foto:Ignacio Tovar 

Escribir sobre las personas que conozco se me ha hecho exponencialmente más difícil que hacerlo sobre las que desconozco. Por eso, pasé mucho tiempo pensando cómo empezar esto, dudando de si debía hacerlo o no, hasta que me reencontré con una frase del libro «Daisy Jones & The Six», de Taylor Jenkins Reid, y supe que, con más razón, tenía que escribir sobre esto.

“Lo que diré es que apareces para tus amigos en sus días más difíciles. Y tomas su mano a través de los momentos más duros. La vida se trata de eso, de quién te toma de la mano y, qué mano te comprometes a tomar”.

La primera vez que escuché sobre Los Escritores de Salem fue en 2019, por un trabajo de la universidad. Para ese momento, tenían pocas canciones publicadas, y aunque ellos mismos no son los mayores fans de sus temas viejos, yo sí los guardé en mi playlist, y ahí siguen. 2020 fue un año inactivo (todos sabemos por qué, no hay que recordarlo), y en 2021 volvieron, renovados y refinados, con «El Año del Perro», una canción que, a pesar de su ritmo, está cargado de una reflexión sobre el paso del tiempo, usando la metáfora de la vida de un perro, que es mucho más corta que la de los seres humanos. Es un tema con el que todos podemos identificarnos al llegar a cierta edad, y especialmente tras pasar un año completo encerrados por una pandemia: ¿estoy perdiendo el tiempo? ¿Tendré tiempo de lograr todo lo que quiero? Todo eso te hace preguntarte, mientras suena de fondo el riff de guitarra más enérgico y alegre, porque por qué no. Vino acompañada de un videoclip que representa exactamente eso: el paso del tiempo y los temores que van surgiendo a raíz del mismo. Con «El Año del Perro» llegaron no solo a recordarme su existencia, sino el porqué me llamaron la atención en primer lugar, y el porqué tenía que dejar mi ojo puesto en el proyecto.

Los días de estar las 24 horas encerrados en la casa, escuchar música solo por Spotify y tener listening parties en un Zoom durante plena partida de Among Us estaban quedando atrás; ya íbamos empezando a salir otra vez, con tapabocas, casco y 5 potes de alcohol, pero ya podíamos interactuar con otros seres humanos fuera de nuestras casas. Irónicamente, Los Escritores estaban lanzando «Cabaña», en junio de 2021, una canción que habla de generar una conexión inmediata con una persona y querer llevarla a un lugar donde sean solo ustedes dos. “Ojalá que nadie nos encuentre”.

«El Monstruo de Oripoto», tan divertida como su nombre, es un tema que habla de esa persona a la que le tenemos miedo, todos tenemos una. En el caso del monstruo del que habla la canción, su identidad es desconocida, pero la intención es que quede de cada uno de los oyentes asignarle la cara (o caras) de a quien más nos recuerde.

Pareciera que tracks como «Ánima» y «Caída Libre» fueron hechas especialmente para el paladar de los fans de Gustavo Cerati u otras bandas de rock alternativo argentinas, con guitarras nostálgicas y un sonido fuerte, inmersivo e intenso. Son los dos temas más rockeros del álbum, tanto musicalmente como por las letras, ya que una habla de seguir sintiéndose aferrados a los recuerdos de una relación que ya terminó, y la otra habla del momento en el que te das cuenta que tienes que dejarte ir, incluso cuando sientes que estás cayendo.

«Soltar», el último sencillo lanzado antes del disco, es para mí la definición de cómo te sientes cuando sueltas –literalmente– algo que llevabas guardando mucho tiempo. De eso mismo habla, de la experiencia de enamorarse de tu mejor amigo, no saber si decirlo porque podría arruinar la amistad, pero tomar el riesgo de decir lo que sientes, sin importar el desenlace. “Todo se podría arruinar en un segundo, pero quiero intentar, y soltar”. ¿Cuántas cosas nos guardamos por miedo a decir lo que sentimos? Aunque fue compuesta basándose en esa experiencia específicamente, creo que «Soltar» puede aplicarse a distintos escenarios, dándonos a todos la misma lección. Curiosamente, pareciera que «Latidos», tema que le sigue inmediatamente en el tracklist del álbum, le responde de cierta forma a «Soltar», aunque no sé si fue un detalle intencional, ya que habla de no entender por qué alguien no quiere decirte la verdad. “Te miro, y sigo pensando qué dirás”, muchas veces ya sabemos cuál es esa verdad, solo queremos escuchar que esa persona nos la diga.

Todo fluye mejor teniendo en cuenta que los tres integrantes encajan perfecto el uno con el otro; sin importar que cada uno tenga estilos y preferencias diferentes, han logrado convertirse en almas gemelas musicales. Simón tiene la capacidad de adaptarse con su voz a lo que cada canción le pide, desde evocar la fuerza y rudeza que le piden canciones como «Caída Libre», «Soltar» y «Monstruo de Oripoto», hasta transmitir los sentimientos más profundos de canciones como «Suficiente». Nicolás con las guitarras nos dio momentos memorables a lo largo del disco, destacando especialmente «Soltar», «Ánima» y «El Monstruo de Oripoto». Y sin un buen bajo, todo estaría perdido, sobre todo canciones como «Postal», «Caída Libre» y «Latidos», incluso Humberto se encargó de que tengamos un momento de contrabajo en «Suficiente».

«Ciudades Satélite» está conformada por 11 canciones 一o ciudades一, porque en palabras de ellos mismos “cada canción representa a una ciudad, donde se encontrará nostalgia, el amor en sus diversas formas y la inconformidad que se tiene con uno mismo”. Todas las canciones narran experiencias cotidianas, pero lo especial que tiene cada una de ellas es la forma en que la banda convierte la cotidianidad en un viaje introspectivo e invita a todos los que los escuchan a darlo con ellos. Y es más significativo aún sentir que, a lo largo de estos tres años, diste el recorrido junto con ellos, conociste cada una de esas ciudades y te hiciste residente. Ahora, es momento de que el resto del mundo las visite también.

bottom of page